Desde hace varios días traigo paseando una noticia que llamó poderosamente mi atención por inesperada y sorprendente de primera instancia. La noticia la suelto y sin más preámbulo la comparto: los laboratorios Pfizer sacan del mercado su producto Exubera, la insulina inhalada que recién llegó al mercado mexicano y en cuyo lanzamiento dediqué una entrada comentando su disponibilidad para aquellos diabéticos que pudieran optar por tan novedoso tratamiento.
Sin embargo, a diferencia de otros medicamentos que han tenido que salir del mercado por que sus efectos secundarios son potencial o realmente dañinos a los usuarios, la razón que da el laboratorio durante la conferencia de prensa en que anuncia el retiro del producto en el mercado, es ¡la falta de demanda!
Desde el punto de vista financiero, me identifico con el Director de Mercadotecnia y con el Director de Finanzas del Consorcio Farmacéutico y me conduelo que el EBITDA (traduzco para los no financieros: ingreso antes de intereses, impuestos, depreciación y amortizaciones) planeado para este producto no se haya alcanzado y que los accionistas estén preocupados por que los resultados de la empresa puedan afectarse provocando una caída del valor de las acciones en la bolsa de New York.
Sin embargo, dejando las finanzas de lado, desde el punto de vista médico hay varias preguntas que me surgen independientemente de las que se me ocurren desde otros enfoques. La ocurrencia se dispara cuando visito su sitio en la www y leo su frase de presentación: “Working for a healhtier world; At Pfizer we’re inpired by a single goal: your health” (Trabajando por un mundo más sano; En Pfizer nos inspira una sola meta: su salud)
Sin embargo la pregunta que me queda rondando es ¿por qué?
Se que a esta pregunta la respuesta –si es que alguna se puede obtener- suele ser parca, si no me creen, traten de ver cuanto aguantan a un pequeñín de unos tres años que les ataque con una secuencia de “por qué” sobre el tema que se les ocurra. Sin embargo, la duda y la pregunta permanece en diferentes niveles que iré tratando de desgranar aunque por descontado concedo que no tengo la respuesta a ninguna de las preguntas que siguen.
¿Por qué producir insulina inhalable en primera instancia?
¿Por qué se gastó lo que se haya gastado en investigación y desarrollo de la insulina inhalable?
¿Por qué tanto esfuerzo en poner en el mercado un producto que nunca fue cuestionado como productor de efectos secundarios indeseables o riesgo a la salud?
¿Por qué se creyó que sería el medicamento del futuro?
¿Por qué se le puso el precio al que salió a la venta?
¿Por qué no se vendió la cuota fijada como para mantenerla en el mercado?
¿Por qué una compañía cuya subsistencia y crecimiento no depende del éxito o el fracaso de un solo producto decidió sacar la insulina inhalable del mercado?
¿Por qué dar una esperanza viable a una población que aunque no depende de esta opción, la pudo adoptar con entusiasmo para luego retirarla sin mayor explicación?
¿Por qué se puede inferir de aquí que los medicamentos que llegan al mercado están ahí no por que sean las mejores opciones terapéuticas para una enfermedad o malestar determinado, sino que están ahí porque son simple y llanamente un negocio rentable?
¿Por qué una compañía multinacional y multimillonaria no puede o no quiere mantener un medicamento útil y -de acuerdo con la propia publicidad para el producto- seguro, económico y fácil de usar?
Finalmente, solo se me ocurre reflexionar y cuestionarme ¿por qué soy tan preguntón?
Por lo pronto solamente nos queda decirle adiós a la insulina inhalable y esperar que la empresa que la desarrolló –que por cierto no fue Pfizer quienes ya devolvieron los derechos- encuentre la forma de hacerla llegar al mercado de una forma rentable, accesible y en un plazo no muy largo, pues imagino que las autorizaciones de la FDA (Agencia para Medicamentos y Alimentos) tendrán que volverse a solicitar desde la nada. En fin, espero que la ronda infantil de los diez perritos no sea profética con respecto a las opciones que nos vayan quedando para el manejo y control de la Diabetes.
Por cierto, estamos a 14 días del Día Mundial de la Diabetes, espero que este año tanto el día 14 como durante todo noviembre marquen un cambio en la forma en que percibimos, manejamos y convivimos con la Diabetes.