jueves, 15 de marzo de 2007

Refrescos, obesidad y diabetes.


Hoy me topo con la publicación del número de abril de 2007 –un poquitín adelantado a la fecha-, de la revista “American Journal of Public Healt”, en la que destaca un reporte sobre bebidas gaseosas (soft drinks), sodas o refrescos, como los llamamos en México, endulzados con azúcar –léase alta fructuosa- y que revela que en un análisis y revisión a ochenta y ocho estudios al respecto, realizado en el Centro Para las Políticas Sobre Comida y la Obesidad, en la Universidad de Yale, USA, encontraron que “no se puede negar que las bebidas –refrescos-, endulzadas con azúcar están teniendo un impacto negativo en la salud”, declaración aparentemente inocua, pero veamos el alcance de ese “impacto negativo en la salud”.

De acuerdo con el estudio, se concluye que “la recomendación de desalentar el consumo a nivel de la población consumidora estaría fuertemente apoyada en evidencia científica”. Mencionan los autores que uno de los estudios que se hizo a más de 91,000 mujeres por un período de ocho años, proporciona una de las correlaciones más impactantes entre los refrescos y los resultados negativos en la salud.

En dicho estudio, las mujeres que bebieron uno o más refrescos por día –cantidad por cierto por debajo del promedio nacional de consumo per cápita en los EEUU-, tuvieron dos veces más propensión a desarrollar diabetes que aquellas que bebieron un refresco o menos al mes. Un dato por demás interesante fue que al reemplazar el refresco normal por uno de dieta no se observó incremento en el riesgo, “sugiriendo que el riesgo es específico a los refrescos endulzados con azúcar”.

Como se menciona más adelante en el estudio “este resultado por si solo, despierta una preocupación seria sobre la ingesta se refrescos particularmente a la luz del incremento sin precedentes de la DM2 en niños”. Otro hallazgo del grupo de estudio fue que "a mayor consumo de refrescos hay una disminución proporcional del consumo de leche, calcio, frutas y verduras y se privilegia el consumo de otros alimentos ricos en carbohidratos". Adicionalmente, encontraron entre los estudios revisados, que los resultados sobre la relación: “refrescos consumidos – impacto a la salud”, difieren enormemente entre aquellos patrocinados por la industria refresquera y los de otras instituciones de investigación, siendo mucho más favorables hacia los primeros los que ellos mismos pagaron. Es en este punto en el que los intereses de la industria de refrescos pueden estar trabajando intensamente para imponer sus puntos de vista entre la población, distorsionando la realidad y poniendo en enorme riesgo de salud a quienes se dejan llevar por el peso de la publicidad.

Finalmente el estudio sugiere que "si bien en la población joven la decisión de consumo debe ser orientada por los padres como responsables primarios, en niños pequeños debería prohibirse su libre acceso a los refrescos y a las escuelas –lugar donde se comercializa estos productos de manera irrestricta-, declararlas zona sin refresco como medida adicional de protección".

Lo comentado anteriormente es sobre una serie de estudios realizados entre nuestros vecinos del norte; la llamada a la atención para México es que somos el segundo país en el mundo con mayor consumo de refrescos per cápita y eso, aparte de la tendencia racial – genética hacia la diabetes, nos pone en una situación de riesgo enorme pues, confirmando el estudio para la población americana, el refresco es un sustituto de alimentos con aporte nutricional adecuado, allá por moda, acá por limitantes económicos que orillan a nuestra población al sofisticado “canard a l’orange” (gansito con fanta para el desayuno), como única opción para “distraer” a la lombriz. Combinación rica en carbohidratos y ausente de nutrientes y fibra.
Nos queda mucho camino por recorrer como país y el reto es enorme por la desigualdad en ingresos y oportunidades tanto en términos económicos como en acceso a los servicios de salud. Por ello quienes tenemos la opción de acceder a una comida nutritiva, balanceada y adecuada, tenemos la obligación de obtener el máximo beneficio en términos de la propia salud y en la reducción de gastos catastróficos que la falta de cuidado implica. No caben los pretextos.

5 comentarios:

  1. Zoo, no todo es malo recuerda que la coca con maicena es para la diarrea, la coca con limon y sal para hidratarte, la coca sirve tambien para la presion, entonces porque tanto ataque a un refresco tan "beneficioso". NO te creas tienes toda la razon el refresco es muy dañino, lo malo es que cualquier refresco crea adicciòn imaginate que la britney spears toma 24 cocas al dia, es muy comun ir a la tiendita de la esquina y las personas en lugar de leche compran refresco para los niños, que triste pero ni modo. ES una cultura muy fea en lugar de refresco deberiamos beber agua y pro si fuera poco todavia lo reconocemos y no queremos hacer algo para cambiar. Por lo pronto debemos beber mas agua natural y nada de refresco, ni cafe, ni bebidas alcoholicas cuidte mucho hasta pronto.

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  2. ceci:

    Aunque no me refiero en específico a una marca o fabricante de refrescos, lo que dices es cierto, en dosis pequeñas y en casos poco frecuentes, hasta valor medicinal tienen, pero cuando se beben en demasía o llegan a sustituir elementos necesarios para la correcta nutrición, es donde el riesgo aparece, como lo mencionas, especialmente en niños.

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  3. yo vi en este artículo (http://ecodiario.eleconomista.es/salud/noticias/1030314/02/09/Un-estudio-no-ve-relacion-entre-los-refrescos-azucarados-y-la-obesidad.html) que no está comprobado que entre los refrescos azucarados y la obesidad hay una relación directa. lo que significa que primero que nada está el metabolismo y el rango de estabilidad de cada quien y en segundo lugar, la capacidad de cada uno de equilibrar los alimentos, seguro que uno o dos refrescos no hacen daño, lo grave es que sólo tomes refrescos.

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  4. Una respuesta a Dario:

    Te sugiero releas nuevamente esta entrada y tambien el articulo que me mencionas. Sin embargo elaboro sobre el tema, ya que asi lo considero pertinente.

    Un factor de diferencia entre lo que me envias y lo que originalmente publiqué, consiste en que la base de mi escrito esta relacionado a una publicación del American Journal of Public Healt, que es algo asi como La revista de la salud pública de los EUA, y está a su vez basado en un reporte de la Universidad de Yale, USA, quienes no hicieron un estudio clínico, como el que publica el diario español, sino que reportan un analisis sobre los resultados de 88 (ochenta y ocho), estudios sobe la relación de ingesta de refrescos y riesgo de adquirir obesidad, incluyendo un estudio realizado por un lapso de 8 años a 91,000 mujeres.

    Lo que leo de la publicacion española es que la medición se hizo sobre el impacto inmediato (24 horas), que la ingesta de refresco causaba en los sujetos de estudio -1,523 adolescentes-, y no encontró un impacto directo -lo que en estadística se denominaría un nivel de correlación significativo-, por lo que consideran que hay otros factores además de la ingesta de refresco para generar obesidad.

    Lo importante es que entendamos todos que estos estudios no deben ser tomados así nomás sin hacer un profundo análisis de la metodología empleada así como de la hipótesis que querían demostrar y los hallazgos secundarios resultado del estudio. Es decir, si tanto la hipótesis nula como la alternativa (jerga de estadística empleada para estos estudios), eran para descartar a los refrescos como factor único, la conclusión suena más que válida y soportada.

    Sin embargo en este foro en el que el tema es la Diabetes Mellitus y no necesariamente la obesidad -excepto cuando ambas estan asociadas, cosa que no ocurre en todos los casos-, mi postura sigue siendo la de cautela y neutralidad, publicando lo que me encuentro como "científicamente válido" y evitando llegar a la conclusión o al dato que "siento" me es favorable o me da la excusa para desoir las recomendaciones sensatas para la buena salud de un diabético.

    De cualquier modo como lo veamos, no puede ser totalmente libre de consecuencias el ingerir la tal cantidad de calorias que portan uno o dos refrescos, aunque solo sean parte de una "dieta" que trata de ser balanceada, aun para personas sanas, ni se diga para un diabético.

    Finalmete diré para la tranquilidad mental de las personas no diabéticas, que un exceso en ingesta de calorías diarias -uno o dos refrescos-, no es del todo malo, sobre todo si se busca un estilo de vida sana en lo general.

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