Hace algún tiempo amenacé a mis sufridos lectores que escribiría una entrada acerca del sistema Endocannabinoide, tema que por cierto está de moda y en gran auge entre investigadores de todo el mundo, principalmente en el viejo continente, donde se han realizado los mayores avances en la descripción de qué es, cómo funciona y en el desarrollo de fármacos que van dirigidos principalmente hacia el tratamiento de la Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) y la obesidad. Cuando digo que amenazo y califico de sufridos a quienes me otorgan la indulgencia de leerme, es por que reconozco que a veces me dejo llevar por el entusiasmo y sin mayor consideración lanzo tecnicismos sin tomarme el tiempo de aterrizar el significado y dejando, en ocasiones a más de uno, parpadeando y preguntándose qué quise decir y si ya no me preocupo por ser sencillo y coloquial.
Pues bien, el caso es que esto de los endocannabinoides me llevó a largas sesiones de estudio sobre fisiología celular, bioquímica, farmacología y otras hierbas que en principio me dejaron en un mar de datos que he digerido muy lentamente –para no aceptar que me indigesté de primera mano con todo el material de estudio que me agencié- Sin embargo, el dilema era cómo hacerle para compartir en este espacio mis hallazgos en un lenguaje claro y coloquial sin caer en tecnicismos ininteligibles o términos “solo para iniciados”. Bueno, pues resulta que no pude resolver el dilema y a la vez ya encontré la solución.
Ayer me llegó el ejemplar de julio-agosto (volumen 16 /número 28), de la revista Diabetes Hoy, que es el órgano de difusión de la Federación Mexicana de Diabetes y en ella aparece un artículo intitulado “Milagros inexistentes, medicamento real” y que responde mi angustioso dilema: El sistema endocannabinoide aparece descrito en un artículo sencillo, claro y bastante completo. Por supuesto mucho mejor que lo que se me había ocurrido escribir y sin tanta complicación como mis recientemente desechados borradores. Por ello solamente –felicitación de por medio por el excelente artículo- me queda recomendar su lectura y aceptar que en ocasiones la mejor estrategia de comunicación es señalar en dónde está la correcta y accesible información disponible. De cualquier manera, prometo que una vez que haya digerido mejor el tema y pueda decir algo decentemente valioso, volveré por las andadas y de mi ronca pluma escribiré sobre el asunto.
Suena a canibalismo, pero no encontre el articula para leerlo lo buscare mas adelante con mas tiempo. Pero no te rpeocupes estan bien tus tecnisismos aunque nos asusten te obligan a entenderlos. Saludos.
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