No sé si a todo mundo le pasa lo mismo con respecto a esta palabra, tan de moda que se usa y frecuentemente se abusa sin ton ni son y no es extraño encontrar a quienes la emplean sin siquiera conocer su significado desvirtuando el concepto de lo que expresan. Por ello, recurro al diccionario y comparto lo que significa para efecto de esta serie de entradas: Paradigma: “Ejemplo o modelo”, del griego Paradeigma, (léase paradeigma) formada del prefijo para (junto) y deigma (modelo, ejemplo). Actualmente se utiliza para denominar un concepto novedoso que rompe con las ideas o prejuicios del pasado y se infiere que la nueva “visión” es mejor que lo anteriormente aceptado.
Como lo dije anteriormente, el término paradigma tan de moda es sin embargo imprescindible para dar contexto al tema que hoy retomo en torno a los tres objetivos del Plan de Diabetes 2011 - 2021 (Diabetes Plan 2011-2021, en original), de la IDF (Federación Internacional de Diabetes) que, casualmente, pretenden establecer un paradigma en la forma de manejar la diabetes, en particular la tipo 2. Como ya había anunciado anteriormente, este plan consta de tres grandes objetivos cuyo planteamiento y alcance pretendo comentar en este espacio. Así pues, en esta ocasión arremeteré con el primer objetivo que se enuncia como: “mejorar los resultados en la salud de la gente con diabetes”.
La justificación de este objetivo radica en el concepto de que “la diabetes causa incontable sufrimiento personal y costos sociales y retrasa el desarrollo personal y económico. Las complicaciones NO son inevitables; sabemos lo que hay qué hacer, hoy es el tiempo de actuar” y así queda asentado en el documento.
Pero antes de entrar en materia, quisiera reproducir lo que el documento en análisis define como los principales tipos de diabetes y su panorámica actual:
DIABETES TIPO 1: Es un padecimiento autoinmune que destruye las células productoras de insulina en el páncreas. Representa del 3-5% de todos los diabéticos a nivel global. Se desarrolla de manera más común en niños y adultos jóvenes, pero puede ocurrir a cualquier edad. La gente con diabetes tipo 1 depende de insulina inyectada para sobrevivir. Decenas de miles de niños y adultos jóvenes mueren cada año por falta de la insulina necesaria para sobrevivir. Aun no existe ninguna terapia comprobada para prevenir o curar la diabetes tipo 1 y que esté disponible de forma amplia.
DIABETES TIPO 2: Se debe a una combinación de resistencia a la insulina y a la deficiencia de insulina. Representa el 95% o más de todos los diabéticos a nivel global. Ocurre más comúnmente en gente de edades medias y gentes mayores, pero está afectando de manera creciente a niños, adolescentes y a adultos jóvenes con sobrepeso. Está afectando de manera particular a la gente en los años productivos de su ciclo de vida. La gente con diabetes tipo 2 es tratada generalmente con tabletas (hipoglucemiantes), pero pudieran requerir también inyectarse insulina. La diabetes tipo 2 es la principal causa de afecciones cardiacas y otras complicaciones. Ésta podría prevenirse o diferirse significativamente con intervenciones simples y poco costosas.
DIABETES GESTACIONAL (DG): Se trata de una intolerancia a la glucosa que se manifiesta o reconoce por vez primera durante el embarazo. La DG afecta al menos a 1 en 25 embarazos a nivel global. Cuando no se diagnostica o no se trata adecuadamente, puede inducir a gestar bebés más grandes de lo normal y a mayores tasas de muerte materna o infantil y a anormalidades del feto. Las mujeres con DG y su descendencia tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.
Así pues, ya tenemos las bases para revisar nuestros conceptos y prejuicios con respecto a la diabetes y comenzar a establecer los nuevos paradigmas con respecto a la enfermedad. Entonces, ¿qué hay con respecto al primer objetivo del plan comentado, “mejorar los resultados en la salud de la gente con diabetes”?.
En sí mismo, el concepto parece una contradicción, una auténtica paradoja. El paradigma actual de la diabetes es el equivalente a una sentencia de muerte ya que una vez que somos diagnosticados el común denominador es la noticia en términos de “te vas a morir” seguido por las advertencias sobre lo que inevitablemente saldrá mal, el escenario de posibles complicaciones y la descalificación de “ah y por cierto, TODOS los diabéticos hacen trampa” así como otras joyas al respecto.
Por ello cuando la IDF marca esta primera meta, nos está diciendo de manera clara y sin vueltas que el diagnóstico de diabetes NO debe ser una condena o una inevitable situación catastrófica y que aunque el daño ya está ahí, no tiene por que avanzar, agravarse o convertirse en una lenta pero inexorable causa de muerte precedida de un proceso de deterioro que nos vaya mutilando ojos, riñones, extremidades, corazón y cerebro, entre otros órganos afectados. Simplemente se trata de hacer lo que actualmente sabemos debe hacerse y las líneas claras, para que no quepa duda, se asientan.
Los componentes centrales del un tratamiento efectivo de la diabetes son:
· Tratamiento y monitoreo clínico para lograr un control glucémico y metabólico.
· Educación y apoyo de auto manejo
· Prevención y manejo de las complicaciones.
Existen procesos y prácticas internacionalmente reconocidos que han demostrado ser efectivas para controlar la diabetes y evitar o retrasar la aparición de complicaciones. Por ello, una atención de buena calidad puede eliminar o disminuir sensiblemente la necesidad de servicios de atención aguda de alto costo.
La meta en este sentido se expresa muy simple, pero implica un enorme esfuerzo, ya que se trata de proporcionar las medicinas, tecnologías y servicios esenciales a toda la población con diabetes.
Por hoy hasta aquí esta reflexión y seguiré comentando el documento pues en poco tiempo, espero, será ya no un posible futuro, sino la cotidiana realidad.