Continuando con el tema combinado de los cuidados para quienes vivimos con la DM y la parte emotiva de la comida en estado de dieta, sigo el planteamiento desde el principio y retomo desde cómo es que aparece la enfermedad.
Hay dos datos que tengo que aportar aquí y que son el origen de los diferentes tipos de DM y la carga emocional de padecerla según el tipo del que se tenga.
La DM1, hasta donde sabemos, es de origen genético y por razones aún no muy claras –ya la ingeniería genética conoce cuales genes son el origen del problema aunque no todavía la solución-, el sistema inmunológico reacciona contra el páncreas, en particular contra las células beta y considerándolas una amenaza las ataca y destruye, provocando la incapacidad inmediata de producir insulina y con ello la condición conocida como DM1, que hace insulinodependiente a quién así es atacado. Esto puede ocurrir desde unas pocas horas después del nacimiento hasta los treinta años, en la mayoría de los casos, aunque existen casos de personas mayores de dicho límite que pueden padecerla.
En otro extremo está la DM2 que se sabe –y la ingeniería genética ya anda tras los culpables-, que existe una predisposición genética a padecerla. Casualmente hace dos días -el 12 de febrero-, se publicó un estudio en la revista NATURE, en que los investigadores descubrieron genes alojados en cinco áreas del ADN que podrían intervenir en más del 70% del riesgo genético de padecer DM2. Para quien sea un experto en genética, confieso que yo no, el grupo internacional identifica al gen TCF7L2 como sospechoso principal en el origen de la DM2. La causa de la DM2 no está claramente identificada, pero además de la predisposición genética de la que es responsable, aparentemente, el gen TCF7L2, su aparición se relaciona con varias condiciones previas denominadas desencadenantes. Entre ellas están grupo racial, estilo de vida –aquí se engloba lo que se come, el grado de actividad física y lugar donde se habita, ya sea campo o ciudad-, edad, sexo y condiciones de salud (peso, estatura, tensión arterial, otras enfermedades o padecimientos).
Los casos totales de DM, para efecto del manejo de estadísticas, arrojan que cerca del 90% son de DM2 y un 10% son de DM1, siendo los segundos, los que de una u otra manera muestran una mayor conciencia de los cuidados cotidianos, tienen, quizá por la misma juventud asociada, una mayor iniciativa en lo que se refiere a organizar y participar en grupos de apoyo o en el diseño e impulso de iniciativas para encontrar una posible cura a la enfermedad o hacer conciencia con gobiernos y organizaciones políticas de la gravedad de las consecuencias de las complicaciones de la diabetes y su enorme impacto en la economía de los sistemas públicas de salud y en la economía familiar. Los DM2 aunque somos más, nuestra participación, con mucho aunque importante para los que algo hacemos, proporcionalmente queda muy atrás.
Regresando al tema de la diabetes, y aunque ya vimos que se trata de cuatro diferentes formas de adquirir y vivir con la diabetes. Al definir qué es la diabetes, independientemente del tipo que se trate podemos considerar que es: “La incapacidad del organismo para lograr que la glucosa presente en la sangre, sea absorbida por las células para una correcta nutrición”.
Sin embargo, la DM no es solo un problema de “azúcar alta”, si así fuera, el inconveniente principal sería controlar el malestar originado por acumular una gran cantidad de glucosa en el torrente sanguíneo. Ya sabemos que da mucha sed, muchas ganas de orinar, la piel se reseca, se tiene sensación de cansancio y vista borrosa.
El problema real detrás del azúcar alta es el mecanismo que la produce y las consecuencias, ya que no solamente es azúcar alta sino una descomposición generalizada del sistema metabólico que va produciendo las pequeñas alteraciones que, con el tiempo, van destruyendo sistemas completos y produciendo daños irreversibles en órganos y tejidos en todo el cuerpo.
Ya sea por que ya no hay insulina disponible como en la DM1 o como enla DM2cuando se asocian varias condiciones como metabolismo anormal de los lípidos, hipertensión, obesidad abdominal y, por supuesto un metabolismo de la glucosa desordenado, comienza a gestarse un desequilibrio global que produce simultáneamente una elevación anormal de la glucosa en la sangre, al tiempo que las grasas se descontrolan, suben los triglicéridos y el llamado colesterol malo y se reduce el llamado colesterol bueno. ¿La consecuencia de esta combinación? La siguiente entrada nos aclarará este mecanismo y por qué es tan difícil poner control cuando de la comida se trata.
Hay dos datos que tengo que aportar aquí y que son el origen de los diferentes tipos de DM y la carga emocional de padecerla según el tipo del que se tenga.
La DM1, hasta donde sabemos, es de origen genético y por razones aún no muy claras –ya la ingeniería genética conoce cuales genes son el origen del problema aunque no todavía la solución-, el sistema inmunológico reacciona contra el páncreas, en particular contra las células beta y considerándolas una amenaza las ataca y destruye, provocando la incapacidad inmediata de producir insulina y con ello la condición conocida como DM1, que hace insulinodependiente a quién así es atacado. Esto puede ocurrir desde unas pocas horas después del nacimiento hasta los treinta años, en la mayoría de los casos, aunque existen casos de personas mayores de dicho límite que pueden padecerla.
En otro extremo está la DM2 que se sabe –y la ingeniería genética ya anda tras los culpables-, que existe una predisposición genética a padecerla. Casualmente hace dos días -el 12 de febrero-, se publicó un estudio en la revista NATURE, en que los investigadores descubrieron genes alojados en cinco áreas del ADN que podrían intervenir en más del 70% del riesgo genético de padecer DM2. Para quien sea un experto en genética, confieso que yo no, el grupo internacional identifica al gen TCF7L2 como sospechoso principal en el origen de la DM2. La causa de la DM2 no está claramente identificada, pero además de la predisposición genética de la que es responsable, aparentemente, el gen TCF7L2, su aparición se relaciona con varias condiciones previas denominadas desencadenantes. Entre ellas están grupo racial, estilo de vida –aquí se engloba lo que se come, el grado de actividad física y lugar donde se habita, ya sea campo o ciudad-, edad, sexo y condiciones de salud (peso, estatura, tensión arterial, otras enfermedades o padecimientos).
Los casos totales de DM, para efecto del manejo de estadísticas, arrojan que cerca del 90% son de DM2 y un 10% son de DM1, siendo los segundos, los que de una u otra manera muestran una mayor conciencia de los cuidados cotidianos, tienen, quizá por la misma juventud asociada, una mayor iniciativa en lo que se refiere a organizar y participar en grupos de apoyo o en el diseño e impulso de iniciativas para encontrar una posible cura a la enfermedad o hacer conciencia con gobiernos y organizaciones políticas de la gravedad de las consecuencias de las complicaciones de la diabetes y su enorme impacto en la economía de los sistemas públicas de salud y en la economía familiar. Los DM2 aunque somos más, nuestra participación, con mucho aunque importante para los que algo hacemos, proporcionalmente queda muy atrás.
Regresando al tema de la diabetes, y aunque ya vimos que se trata de cuatro diferentes formas de adquirir y vivir con la diabetes. Al definir qué es la diabetes, independientemente del tipo que se trate podemos considerar que es: “La incapacidad del organismo para lograr que la glucosa presente en la sangre, sea absorbida por las células para una correcta nutrición”.
Sin embargo, la DM no es solo un problema de “azúcar alta”, si así fuera, el inconveniente principal sería controlar el malestar originado por acumular una gran cantidad de glucosa en el torrente sanguíneo. Ya sabemos que da mucha sed, muchas ganas de orinar, la piel se reseca, se tiene sensación de cansancio y vista borrosa.
El problema real detrás del azúcar alta es el mecanismo que la produce y las consecuencias, ya que no solamente es azúcar alta sino una descomposición generalizada del sistema metabólico que va produciendo las pequeñas alteraciones que, con el tiempo, van destruyendo sistemas completos y produciendo daños irreversibles en órganos y tejidos en todo el cuerpo.
Ya sea por que ya no hay insulina disponible como en la DM1 o como enla DM2cuando se asocian varias condiciones como metabolismo anormal de los lípidos, hipertensión, obesidad abdominal y, por supuesto un metabolismo de la glucosa desordenado, comienza a gestarse un desequilibrio global que produce simultáneamente una elevación anormal de la glucosa en la sangre, al tiempo que las grasas se descontrolan, suben los triglicéridos y el llamado colesterol malo y se reduce el llamado colesterol bueno. ¿La consecuencia de esta combinación? La siguiente entrada nos aclarará este mecanismo y por qué es tan difícil poner control cuando de la comida se trata.
Me dio gusto ver un anuncio sobre un curso referente a la diabetes en la clinica del issste durara 10 semanas que bueno porque todavia nos falta mucha conciencia y conocimiento. Todavia hay personas que se queiren morir de algo y si es diabetes les da igual pero no saben que si se cuidan tendran una mejor forma de vida. Cuidate Zoo, sigue adelante. Gracias
ResponderBorrarceci:
ResponderBorrarGracias por el comentario. Esos cursos si bien todavía escasos, cada vez hay más instituciones que se preocupan por la divulgación de temas tan im´portantes. Espero siga creciendo el esfuerzo.
Saludos.