Tengo que reconocer que noviembre no ha
sido muy bueno para mi estado de ánimo con respecto a la diabetes o
al menos así parece reflejarlo el tono un tanto oscuro de mis dos
últimas entradas. Sin embargo quisiera poner en claro que no estoy
para nada ni triste o desanimado y tampoco enojado con la enfermedad
ni con la idea de tener diabetes. Después de todo, tener diabetes es
mi realidad y tengo que aceptarla y si bien no la puedo cambiar,
puedo hacer todo aquello en la esfera de mi alcance, para mantenerme
en control y no permitir que el deterioro esperado sea una realidad
en mi caso. Llevo trece años intentándolo y parece ser que hasta
ahora es un éxito.
Quienes leyeron la última entrada
saben que me tomaron muestras de laboratorio el mero Día Mundial de
la Diabetes y tendré mis resultados para el próximo miércoles 21.
Mi expctativa es que las cifras que revelan mi estado de salud,
declaren que no solo digo sino que en efecto, hago aquello que
predico: ejerzo disciplina y me cuido.
El miedo a las consecuencias de no
cuidarme me tiene motivado para mantener la disciplina, ya que saber
a qué me puedo enfrentar en un no deseado hipotético futuro, es
suficiente para que no lo tome a la ligera. Eso y la certeza de que
si me cuido, mi condición física me permitirá hacer cosas a mi
edad que aún para gente sana de mi edad, no son sencillas.
Así que cuidandome me salgo un poco o
quizás un mucho de las estadísticas asociadas a la diabetes,
cuestión que me llena de satisfacción ya que me refleja de manera
positiva el esfuerzo diario, ese despertar todas las mañanas y
declarar antes que otra cosa, "solo por hoy".
Así pues, este preámbulo lo he
escrito con la intención de darle paso a una serie de datos que
tienen que ver con las estadísticas de la diabetes y las
enfermedades asociadas, además de los números que nos ubican acerca
del impacto de esta enfermedad sobre los sistemas de salud de los
países y en última instancia en la economía.
Tomo la información de lo que el
períodioco Publimetro publicó, precisamente, el día 14. y si bien
no transcribiré todas las cifras, ennumeraré las que considero de
relevancia particular.
México ocupa el décimo lugar mundial
en diabetes, pero se estima que para el 2030 ascienda al séptimo.
En las dos últimas décadas se han
incrementado los casos de diabetes, representando en la actualidad el
90% de los casos totales la diabetes tipo 2.
La diabetes tipo 2 se puede prevenir
con sencillos cambios en el estilo de vida al abandonar el
sedentarismo y modificando positivamente los hábitos alimenticios.
Las complicaciones asociadas a la
diabetes que se presentan con mayor frecuencia son ceguera, pérdida
de la dentadura, accidente vascular cerebral, poblemas
cardiovasculares, daños a los riñones y pié de diabético.
Por cierto, una de cada tres personas
con pié de diabético, terminará en amputación.
La diabetes está asociada al sobrepeso
u obesidad, lo que ocurre en cada dos de cada tres mexicanos.
En el grupo de edades de los 40 a los
59 años, las complicaciones de la diabetes son la causa de uno en
cada cuatro decesos.
De cada 100 personas con diabetes,
catorce presentan nefropatía, diez desarrollan neuropatía (daño al
sistema nervioso), diez sufren de pié de diabético y cinco habrán
perdido la vista.
Como se puede apreciar, no es sencillo
mantener la cordura y hacer un análisis objetivo cuando se está de
este lado de la enfermedad. Por ello hoy lo escribo así, no se trata
de negar lo que estoy sintiendo en ciertos momentos, sino que hay
ocasiones en que el discurso "políticamente correcto" no
cabe y hay que tomar al toro por los cuernos, dejar de lado los
eufemismos y las conductas de evasión de la realidad y darnos cuenta
que, sin arruinarle la fiesta a nadie, se puede vestir con el festivo
"azul diabetes" pero manteniendo la cabeza fria y no
olvidando que quien tiene información y conoce de su padecimiento,
por dolorosa que ésta sea, tiene mejores armas para mantener el
control. Así que ahora que ya pasó la fecha, que ya los globos se
desinflaron y las serpentinas fueron barridas, sigo en control, sin
perder la perspectiva, sabiendo que mi sistema endocrino no sabe de
fechas ni celebraciones y tiene que recibir esa diaria ayuda para
seguir operativo, por que la diabetes es la mejor muestra de que
nuestra fisiología ya no trabaja en automático. Así pues, como
dijera el buen Alastor "ojoloco" Moody, hay que estar en
"alerta permanente"-