Al considerar algunas de las complicaciones relacionadas con la diabetes, la más peligrosa y la que produce la mayor tasa de mortalidad entre las personas con diabetes, es la enfermedad cardiaca. Dicha condición conocida como Cardiomiopatía diabética es más frecuente en mujeres que en hombres con diabetes. El dato parecería irrelevante si no fuera por que cuando la diabetes no está presente, las mujeres presentan un riesgo mucho menor de padecer problemas cardiacos o infartos, que en hombres en condiciones y edades similares. Entonces, la pregunta que ha tenido desconcertados a los cardiólogos de todo el mundo de ¿por qué cuando se presenta la diabetes se multiplica la propensión a presentar problemas cardiacos, que pueden ir desde infartos leves hasta la muerte súbita? Parece que pronto tendrá una respuesta confirmada.
Al parecer, la pista del origen de tal cambio de cifras de probabilidad ante la ocurrencia de un infarto, se debe a la combinación de Diabetes + Depresión. Así sale publicado en un artículo del numero de mayo de la revista Diabetes Forecast intitulado “Diabetes y Depresión, una Amenaza Gemela a los Corazones de las Mujeres”. Artículo que ilumina bastante sobre lo que se sabe con respecto al riesgo cardiaco así como sugiere una línea de investigación que pudiera confirmar la tesis que presenta. Este artículo fue escrito por la Dra. Julie Ann Wagner, quien es Profesor auxiliar en el Departamento de Ciencias del Comportamiento y Salud Comunitaria, del Centro de Salud de la Universidad de Connecticut y quién está enfocada, precisamente en el tema de la Enfermedad Cardiovascular y la Diabetes.
La tesis de la doctora se basa en que “en cuanto a riesgo cardiaco si bien las mujeres tienden a mejores perfiles de colesterol del bueno (HDL-colesterol), combinado con un menor contenido de LDL-colesterol o colesterol malo, cuando se presenta la diabetes como único factor de cambio en la salud, ésta se vuelve un “nivelador” del riesgo, es más, la tendencia se invierte”.
Al cuestionarse el origen del cambio, la tesis es que “algo” relacionado con ser mujer es lo que fomenta el riesgo y la Dra. Wagner cree que ese “algo” podría ser la Depresión que por si misma ya está identificada como riesgo de problemas cardiacos.
La cuenta va acumulándose en los conceptos a considerar. En términos generales, quienes padecemos diabetes tenemos un riesgo elevado de desarrollar depresión, pero tanto en la población sana como en quienes tenemos diabetes, la ocurrencia de depresión es mayor en las mujeres. Por ello, pudiera ser un riesgo compuesto la diabetes más la depresión.
Dentro del artículo se anuncia el inicio de un estudio en el que se pretende probar esta tesis, mediante el seguimiento de un grupo de mujeres con y sin diabetes, con el factor adicional de antecedentes de depresión. Para avalar los hallazgos de forma médica, se medirá el funcionamiento del endotelio al inicio y a lo largo del estudio, para evaluar si, con la diabetes y la depresión hay cambios medibles en el daño a dichos tejidos. Como breviario cultural, el endotelio es la capa de tejido celular que recubre el interior de los vasos sanguíneos y que con la presencia de exceso de glucosa pierde su elasticidad, provocando elevación de la presión arterial e insuficiencia vascular, lo que impide que la sangre con oxígeno y nutrientes alcance a llegar a las células del organismo. Principio que va generando las complicaciones crónicas de la diabetes. En el caso de endurecimiento del endotelio en ciertas arterias, como la aorta, presupone un antecedente de infarto.
Por lo pronto podemos vislumbrar una rendija de esperanza ya que tanto la diabetes como la depresión pueden ser tratadas y controladas, lo que implicaría casi en automático una disminución del riesgo cardiaco. Es más, algunos de los cambios en el estilo de vida de los pacientes diabéticos pueden coadyuvar para mejorar los estados depresivos, ya que el bienestar percibido con un plan de alimentación sano en conjunto con el ejercicio, son factores que por si mismos levantan el estado de ánimo y ayudan a salir de la depresión.
Al parecer, la pista del origen de tal cambio de cifras de probabilidad ante la ocurrencia de un infarto, se debe a la combinación de Diabetes + Depresión. Así sale publicado en un artículo del numero de mayo de la revista Diabetes Forecast intitulado “Diabetes y Depresión, una Amenaza Gemela a los Corazones de las Mujeres”. Artículo que ilumina bastante sobre lo que se sabe con respecto al riesgo cardiaco así como sugiere una línea de investigación que pudiera confirmar la tesis que presenta. Este artículo fue escrito por la Dra. Julie Ann Wagner, quien es Profesor auxiliar en el Departamento de Ciencias del Comportamiento y Salud Comunitaria, del Centro de Salud de la Universidad de Connecticut y quién está enfocada, precisamente en el tema de la Enfermedad Cardiovascular y la Diabetes.
La tesis de la doctora se basa en que “en cuanto a riesgo cardiaco si bien las mujeres tienden a mejores perfiles de colesterol del bueno (HDL-colesterol), combinado con un menor contenido de LDL-colesterol o colesterol malo, cuando se presenta la diabetes como único factor de cambio en la salud, ésta se vuelve un “nivelador” del riesgo, es más, la tendencia se invierte”.
Al cuestionarse el origen del cambio, la tesis es que “algo” relacionado con ser mujer es lo que fomenta el riesgo y la Dra. Wagner cree que ese “algo” podría ser la Depresión que por si misma ya está identificada como riesgo de problemas cardiacos.
La cuenta va acumulándose en los conceptos a considerar. En términos generales, quienes padecemos diabetes tenemos un riesgo elevado de desarrollar depresión, pero tanto en la población sana como en quienes tenemos diabetes, la ocurrencia de depresión es mayor en las mujeres. Por ello, pudiera ser un riesgo compuesto la diabetes más la depresión.
Dentro del artículo se anuncia el inicio de un estudio en el que se pretende probar esta tesis, mediante el seguimiento de un grupo de mujeres con y sin diabetes, con el factor adicional de antecedentes de depresión. Para avalar los hallazgos de forma médica, se medirá el funcionamiento del endotelio al inicio y a lo largo del estudio, para evaluar si, con la diabetes y la depresión hay cambios medibles en el daño a dichos tejidos. Como breviario cultural, el endotelio es la capa de tejido celular que recubre el interior de los vasos sanguíneos y que con la presencia de exceso de glucosa pierde su elasticidad, provocando elevación de la presión arterial e insuficiencia vascular, lo que impide que la sangre con oxígeno y nutrientes alcance a llegar a las células del organismo. Principio que va generando las complicaciones crónicas de la diabetes. En el caso de endurecimiento del endotelio en ciertas arterias, como la aorta, presupone un antecedente de infarto.
Por lo pronto podemos vislumbrar una rendija de esperanza ya que tanto la diabetes como la depresión pueden ser tratadas y controladas, lo que implicaría casi en automático una disminución del riesgo cardiaco. Es más, algunos de los cambios en el estilo de vida de los pacientes diabéticos pueden coadyuvar para mejorar los estados depresivos, ya que el bienestar percibido con un plan de alimentación sano en conjunto con el ejercicio, son factores que por si mismos levantan el estado de ánimo y ayudan a salir de la depresión.
La depresiòn es un sentimiento que se va metiendo y hasta volverse un padecimientos fisico o eso parece. Tambien un factor muy determinante en las mujeres es el hormonal, parecera vacilada pero la menopausia trastorna a muchas mujeres especialmente si no llevan un buen control de su estado de salud, a eso sumale todo lo que mencionas nos das en la torre, pero finalmente como siempre tienes toda la razon. Y es muy notorio en las mujeres aunque los hombres lo saben ocultar muy bien tambien es un problema real en los ustedes yo no se mucho de sus trastornos hormonales pero debe ser algo parecido me imagino. Bueno luego nos leemos. Cuidate saludos a la familia.
ResponderBorrarceci:
ResponderBorrarPues parece ser que así es y lo malo es que un factor que, aparentemente debiera ser irrelevante o al menos manejable sin consecuencias permanentes, cuando se combina con diabetes, altera las posibilidades de las mujeres de una forma negativa.