lunes, 4 de diciembre de 2006

Esa dieta!!! ¿Qué hago con ella?

Luego de un merecido –bueno, según quién, claro-, descanso de dominguito para dedicarlo a convivir con la familia y otros menesteres lejos de la red, me apoltrono frente a mi matraca (léase Notebook), y, respirando hondo, conecto la ardilla y reinicio la semana.

Tomando de nuevo el tema de las fiestas de fin de año y el peligro del descontrol ante las suculentas tentaciones, veremos algunos puntos que podrán hacernos conciencia de cómo atravesar por este campo minado haciendo que, de cierta manera, trabaje a nuestro favor.

Primero que nada, la palabra clave es DIETA. Es verdad que aunque el término dieta –que por cierto, proviene del griego diaita-, es el correcto para definir un régimen alimenticio adaptado a las necesidades específicas de una persona, restringiendo unos alimentos o incluyendo otros, ahora parece una palabra de horror por esa connotación que actualmente ha adquirido como una forma de morirse de hambre o tener que comer –y siempre muy poquito-, una serie de cosas que seguro o no nos gustan o por ser la única opción y carecer de variedad, terminan asqueándonos al grado de no querer volver a probarlas.

Afrontémoslo, los diabéticos ya NO podemos comer de todo y ni todo lo que queramos, debemos cuidar lo que comemos en cantidad y calidad y es por eso que al sentirnos privados de las delicias navideñas y festejos aledaños, que nos percibimos marginados, agredidos y proclives a dejarnos caer en la tentación de olvidar la dieta y entrarle a todos los platillos que se nos ofrezcan sin medida ni control. Sin embargo, lo más importante para nosotros es que la dieta en nuestro mejor sentido, es una forma de comer adecuada y sanamente equilibrando nutrientes correctos y completos junto con la cantidad adecuada para nuestra condición, además que, por mucho que se parezcan nuestras dietas, son o deben ser, diseñadas de acuerdo a nuestras necesidades específicas. Pero claro, no deja de ser difícil transitar el puente Guadalupe – Reyes.

Sin embargo, si hacemos la tarea y ponemos un poco de cuidado al seleccionar qué comer y que es mejor dejar de lado, nos irá mucho mejor. No debemos olvidar el ya familiar precepto de “contar, medir y pesar”. Contar las porciones que de harinas o equivalentes comemos, medir el tamaño de las porciones (tazas, cucharaditas, etc.) y pesar, si es que se puede hacer en el lugar en que estemos, para aquellos alimentos que vayamos a comer.

Por hoy hasta aquí y mañana seguiremos con el tema.

2 comentarios:

  1. tienes toda la razon,ahora lo principal es tener una buena dieta pero en que momento dejo de ser nuestra alimentaciòn sana los taquitos, los frijoles, las tortas, las carnitas, la birria y tantos otros que ahora resultan hasta peligrosos y nada sanos mucho menos nutritivos. Solo nos quedan las verduras y no todas la fruta y tambien no toda eso si mucha lechuga y pepinos. Gracias Zoo, por darme espacio en tu blog.

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  2. Puente guadalupe reyes??? WTF??? Yo por lo menos me aviento el guadalupe-candelaria, jeje... No olvidemos los tamaliux y el atolito/chocolate, jeje. Bsos

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