Una de las tareas que debemos realizar de manera ineludible TODOS los diabéticos, es establecer un control de la glucosa en nuestra sangre de una manera más o menos frecuente.
Los diabéticos, en casi un noventa y ocho por ciento de los casos, pertenecemos a dos de las cuatro clasificaciones de la diabetes. La tipo 1 (90%)o la tipo 2 (6%), el resto tienen diabetes Gestacional, con enormes probabilidades de derivar en diabetes tipo 2 y diabetes por otras causas (muchísimas como para que hoy las mencionemos).
La necesidad del monitoreo de glucosa en sangre sigue la lógica de la importancia de conocer cómo se comporta nuestro metabolismo y qué tanto y cuán pronunciadas son las variaciones de glucosa en nuestra sangre, tanto después de comer como tras un ayuno, especialmente si éste es prolongado –como es el caso de las horas de sueño nocturno.
No todos los tipos de diabetes exigen la misma frecuencia de monitoreo; ésta depende, principalmente, de la dependencia a la insulina inyectada, ya sea que se trate de diabéticos tipo 1 o diabéticos tipo 2 sujetos a terapia que implique insulina sola o combinada con hipoglucemiantes. En estos casos, el monitoreo se tiene que realizar antes de inyectarse y a las dos horas de cualquier alimento, por lo menos, para mantener un control muy cercano de la relación glucosa en sangre-insulina requerida y evitar así picos de hiperglucemia o, por el contrario, hipoglucemias.
Los diabéticos tipo 2 controlados con hipoglucemiantes o solamente con dieta y ejercicio –ideal de control, pero lamentablemente poco frecuente-, debemos realizar una toma de muestra al menos un par de veces por semana. La idea de esta prueba, igualmente, es conocer qué tan apegados estamos a nuestro tratamiento y si nuestro control se lleva adecuadamente. La diferencia radica en que los diabéticos tipo 2 aún generamos insulina residual que nos permite –si estamos bien controlados-, disminuir las variaciones bruscas de glucosa en sangre.
De los métodos para hacer el monitoreo personal sin recurrir a un laboratorio, el más preciso y confiable –pero también el más costoso-, es el del glucómetro y las tiras reactivas. Por contraste, el menos preciso y no tan recomendable es el de tiras para medir en orina, debido a que no marcan presencia de glucosa hasta que se rebasa el límite de 180 mg/dl, por lo que glucemias altas pueden pasar desapercibidas.
Una buena noticia sobre los glucómetros, es que cada vez hay más marcas y modelos en el mercado, lo que permite que los precios vayan bajando y esperamos que pronto haya más disponibilidad, hasta lograr el ideal de que todo diabético, independientemente de su condición económica, pueda realizarse su monitoreo periódicamente.
¿Estamos los diabéticos informados de cuáles son los niveles adecuados de glucosa en sangre que debemos manejar y cómo interpretar los datos que nos reporta el aparato?. Bien, comencemos por los niveles de glucosa en sangre adecuados para un diabético. Si sabemos que una persona “normal”, tiene valores en ayunas de 70 a 100 mg/dl, sueño ya no alcanzable para los que dulcemente no somos capaces ya del control automático, podemos seguir los lineamientos terapéuticos que recomiendan índices de glucemia razonablemente alcanzables.
Los niveles “Ideales” para diabéticos, más bien se ubican en cifras más altas, ya que “bajarle” a niveles “normales”, si bien no es imposible, está en la categoría de “sueño Güajiro”. Para conocer los niveles adecuados de glucosa en sangre, hay dos alternativas, que son el nivel de hemoglobina glucosilada la famosa A1c –ya hablaré de qué significa el concepto y cómo funciona- y la prueba del glucómetro que mide microgramos de glucosa en un decilitro de sangre. Los valores respectivos son:
A1c: <6.5-7%>
Si estamos dentro del rango arriba mencionado, podremos decir que con respecto a la glucosa, estamos en el camino correcto y logrando un control razonable y ello nos permitirá mantener a raya las complicaciones por un periodo mayor que si no tenemos éxito con el control. De nuevo, la lata de siempre: A controlarnos con ejercicio, una correcta alimentación y los medicamentos acordes con un monitoreo que nos permita conocer el grado de éxito o de distancia con respecto a nuestras metas.
Los diabéticos, en casi un noventa y ocho por ciento de los casos, pertenecemos a dos de las cuatro clasificaciones de la diabetes. La tipo 1 (90%)o la tipo 2 (6%), el resto tienen diabetes Gestacional, con enormes probabilidades de derivar en diabetes tipo 2 y diabetes por otras causas (muchísimas como para que hoy las mencionemos).
La necesidad del monitoreo de glucosa en sangre sigue la lógica de la importancia de conocer cómo se comporta nuestro metabolismo y qué tanto y cuán pronunciadas son las variaciones de glucosa en nuestra sangre, tanto después de comer como tras un ayuno, especialmente si éste es prolongado –como es el caso de las horas de sueño nocturno.
No todos los tipos de diabetes exigen la misma frecuencia de monitoreo; ésta depende, principalmente, de la dependencia a la insulina inyectada, ya sea que se trate de diabéticos tipo 1 o diabéticos tipo 2 sujetos a terapia que implique insulina sola o combinada con hipoglucemiantes. En estos casos, el monitoreo se tiene que realizar antes de inyectarse y a las dos horas de cualquier alimento, por lo menos, para mantener un control muy cercano de la relación glucosa en sangre-insulina requerida y evitar así picos de hiperglucemia o, por el contrario, hipoglucemias.
Los diabéticos tipo 2 controlados con hipoglucemiantes o solamente con dieta y ejercicio –ideal de control, pero lamentablemente poco frecuente-, debemos realizar una toma de muestra al menos un par de veces por semana. La idea de esta prueba, igualmente, es conocer qué tan apegados estamos a nuestro tratamiento y si nuestro control se lleva adecuadamente. La diferencia radica en que los diabéticos tipo 2 aún generamos insulina residual que nos permite –si estamos bien controlados-, disminuir las variaciones bruscas de glucosa en sangre.
De los métodos para hacer el monitoreo personal sin recurrir a un laboratorio, el más preciso y confiable –pero también el más costoso-, es el del glucómetro y las tiras reactivas. Por contraste, el menos preciso y no tan recomendable es el de tiras para medir en orina, debido a que no marcan presencia de glucosa hasta que se rebasa el límite de 180 mg/dl, por lo que glucemias altas pueden pasar desapercibidas.
Una buena noticia sobre los glucómetros, es que cada vez hay más marcas y modelos en el mercado, lo que permite que los precios vayan bajando y esperamos que pronto haya más disponibilidad, hasta lograr el ideal de que todo diabético, independientemente de su condición económica, pueda realizarse su monitoreo periódicamente.
¿Estamos los diabéticos informados de cuáles son los niveles adecuados de glucosa en sangre que debemos manejar y cómo interpretar los datos que nos reporta el aparato?. Bien, comencemos por los niveles de glucosa en sangre adecuados para un diabético. Si sabemos que una persona “normal”, tiene valores en ayunas de 70 a 100 mg/dl, sueño ya no alcanzable para los que dulcemente no somos capaces ya del control automático, podemos seguir los lineamientos terapéuticos que recomiendan índices de glucemia razonablemente alcanzables.
Los niveles “Ideales” para diabéticos, más bien se ubican en cifras más altas, ya que “bajarle” a niveles “normales”, si bien no es imposible, está en la categoría de “sueño Güajiro”. Para conocer los niveles adecuados de glucosa en sangre, hay dos alternativas, que son el nivel de hemoglobina glucosilada la famosa A1c –ya hablaré de qué significa el concepto y cómo funciona- y la prueba del glucómetro que mide microgramos de glucosa en un decilitro de sangre. Los valores respectivos son:
A1c: <6.5-7%>
Si estamos dentro del rango arriba mencionado, podremos decir que con respecto a la glucosa, estamos en el camino correcto y logrando un control razonable y ello nos permitirá mantener a raya las complicaciones por un periodo mayor que si no tenemos éxito con el control. De nuevo, la lata de siempre: A controlarnos con ejercicio, una correcta alimentación y los medicamentos acordes con un monitoreo que nos permita conocer el grado de éxito o de distancia con respecto a nuestras metas.
-"Sugar, BrickTop?"
ResponderBorrar-"No thank you, Turkish, I'm sweet enough".
(-"Azucar, BrickTop?"
-"No gracias, Turkish, ya soy bastante dulce".)
---De la pelicula de Snatch (Cerdos y Diamantes)---
Así sera con la diabetes? Azucar?, No gracias, ya "stoy" muy dulce...
Jiji, besos
Para nosotros los mexicanos es con sabor a piloncillo, y si es azucar tendria que ser morena porque actualmente esta muy refinada.
ResponderBorrarLos glucometros son en realidad inaccesibles para la mayoria de los diabeticos que bueno que su precio baje pero deben bajar mucho para que esten a la mano de todos los que los necesitan es verdad es muy importante monitorearse los niveles de glucosa, y lo hago todas las mañanas con mi esposo y eso nos ha dado una pauta para su tratamiento. Hasta luego y sigue adelante Zoo.
l!l!th:
ResponderBorrarIt's not just sugar sweet, it's the pain within.
(No es el azúcar querida, es el dolor interno).
Dulcemente mortal.
Besos =mente
ceci:
ResponderBorrarEs correcto, muy mexicano el piloncillo y muy mexicana, lamentablemente, tamién la diabetes, pues estudios demuestran que genéticamente, los mexicanos somos más propensos a adquirirla que otras razas. Monitorearse, he ahí el secreto.
Gracias de nuevo.
Para quienes estén interesados en esta cuestión, dejo este enlace a un artículo traducido de la revista BMC Public Health sobre los predictores de control de la glucemia en pacientes con diabetes.
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