sábado, 4 de febrero de 2012

Estableciendo paradigmas con respecto a la diabetes (II).


Continuando con el tema de los paradigmas que plantea la IDF(Federación Internacional de Diabetes), quizá el concepto que detona este nuevo enfoque del problema mundial que representa la diabetes radica en la enorme desigualdad económica de quienes padecemos la enfermedad y que en muchos casos provoca que miles de diabéticos mueran o se compliquen seriamente por no contar ni con la atención ni los medicamentos adecuados, ya sea por desconocer su condición de salud, por limitaciones económicas o por carecer de los servicios de salud indispensables en sus comunidades de residencia.

El tratamiento cotidiano de la diabetes de cualquier tipo es costoso aun sin que haya complicaciones y, una vez que estas aparecen, se puede convertir en una situación económicamente insostenible para la familia del enfermo, ya que además de ser extremadamente caros los tratamientos o la rehabilitación por alguna complicación, ésas suelen ser discapacitantes, al grado que salvo raras excepciones, se hace necesario recurrir a la asistencia social o la medicina institucional para conseguir la atención médica necesaria, lo cual pone en serios problemas de presupuesto incluso a las economías más desarrolladas del mundo.

En resumen, si seguimos sin cambiar, el problema que se presenta en un muy corto plazo tiene pronóstico de catástrofe, pero con el paradigma propuesto, el cambio no solo es posible, sino que económicamente hace un enorme sentido.

Por ello y continuando con el análisis del documento “Plan de Diabetes 2011 - 2021 (Diabetes Plan 2011-2021, en original), de la IDF (Federación Internacional de Diabetes)”, encontramos la declaración:

Para alcanzar un cuidado efectivo de la diabetes es vital proveer de los medicamentos, tecnologías y servicios esenciales a toda la población con diabetes. Declaración que se lee muy sencilla, pero que en principio abarca las medicinas esenciales para tratar la hiperglucemia, la presión arterial elevada y los desórdenes de lípidos que son característicos de la diabetes y conducen a las complicaciones y que, además en su gran mayoría ya se encuentran disponibles en genéricos de bajo costo y por ello al alcance de cualquier presupuesto nacional.

Debido a que este sencillo conjunto de medicamentos no solamente previene o retrasa la ocurrencia de complicaciones como infartos al miocardio o accidentes vasculares cerebrales, sino que también ayudan a prevenir complicaciones subsecuentes.

Dentro de la variedad de medicamentos que se contempla tener disponibles, están las insulinas, agentes hipoglucemiantes orales, estatinas y agentes reguladores de la tensión arterial, así como información confiable sobre su uso. Adicional a esta meta, se puede tener una ganancia en la relación costo/beneficio, reformando sistemas de compra y distribución que actualmente implican merma, desperdicio e ineficiencia y además implementar protocolos nacionales estandarizados de tratamiento y vías que permitan asegurar su correcta aplicación.

Con respecto a las tecnologías, también están ahí, al alcance de la mano y se refieren a los equipos de diagnóstico y monitoreo, reactivos y suministros relacionados, que son relativamente simples y de bajo costo.

A este respecto, el documento se inclina por una campaña global para alcanzar una sustancial reducción de los costos de dichos suministros ya que invertir en ellos para diagnosticar, tratar y monitorear la diabetes de forma continua en sus etapas iniciales, podría reducir substancialmente la dependencia de procedimientos de “alta tecnología” y altísimo costo que implican las complicaciones crónicas de la diabetes, irreversibles casi siempre. Una propuesta viable y nada complicada de implementar, en particular en países con infraestructura médica de regular a avanzada y que conllevaría el organizar unidades basadas en equipos con enfoque multidisciplinario en los que personal de atención primaria, correctamente entrenados y apoyados por un nivel apropiado de servicios especializados puedan tener las capacidades de:

  • Diagnosticar la diabetes.
  • Proporcionar tratamientos y asesoría iniciales.
  • Hacerse responsables del monitoreo y manejo clínico del paciente para alcanzar un control metabólico y glucémico óptimos.
  • Realizar chequeos para detectar y tratar, en su caso, complicaciones de la diabetes.
  • Ofrecer educación de autocuidado, de forma oportuna y apropiada al paciente con diabetes y quien esté a su cuidado.


Hoy vemos que la solución siempre ha estado ante nuestros ojos, pero como dicen los teóricos de los paradigmas, lo evidente solo lo es cuando alguien que ya lo percibió nos lo hace notar, surgiendo siempre la reflexión de “¿Por qué no lo vi antes?”.

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