viernes, 12 de octubre de 2007

Día de la Raza.


Sin entrar en mucho detalle sobre la cíclica polémica en derredor a la fecha en que se conmemora el descubrimiento de nuestro americano continente, encuentro con este día la oportunidad de traer a colación algunos aspectos relacionados con los grupos raciales y la diabetes.

Primero lo polémico. Me divierte mucho ver las posiciones encontradas de algunos grupos de fanáticos de las nuevas corrientes económico políticas que cada año se confrontan detrás del tema relativo a la conquista de los territorios americanos por la oleada expansiva del Imperio Español. Al revisar algunos editoriales periodísticos, encontré un factor común sin excepción, el tema lo tratan como si hoy, después de quinientos años de iniciada la conquista, todo mundo habla -como si se discutiera una fotografía que no ha cambiado en el tiempo-, de “Los Españoles vs Los Indígenas” y se trae al foro de las confrontaciones cotidianas el asunto de “los de arriba y los de abajo” y la discriminación de los conquistadores contra los pueblos indígenas.

Seguimos instalados en la vieja pugna donde los bandos se acomodan al grito del merolico que anuncia: “en esta esquina….” Y el criollo blanco mira con recelo al indio prieto y el ladino de tez oscura ve con resentimiento al amo. No hemos progresado ni un milímetro en quinientos años hace. Sin embargo, al revisar la evidencia estadística, los datos arrojan que la población de México se divide de forma general, en un 10% de población indígena (nahuas, mayas, mixtecas y zapotecas principalmente), 10% de población blanca (europeos mayoritariamente españoles), las partes en el eterno conflicto conquistador conquistado y, que sumándolos me dan solamente ¡el 20% del total de paisanos! O sea, aparentemente se comete una peor injusticia al eliminar de un mediático plumazo al 80% de la población. Pareciera que nos duele hasta el extremo de la vergüenza aceptar que somos mayoritariamente mestizos, producto de una aporte a partes iguales de material genético de conquistados y conquistadores.

Aparte de la carencia evidente de una identidad nacional y orgullo de raza –parece que a nadie nos cae muy bien eso de ser mestizos y preferimos percibirnos o definitivamente criollos renunciando a nuestras raíces indígenas o de plano si el tono cobrizo de la piel no nos deja la oportunidad de “blanquearnos”, nos declaramos orgullosamente “raza de bronce” y abjuramos e insultamos al conquistador pero sin cambiar el idioma ni las costumbres de la “nueva civilización”. Por ello los mexicanos somos tan extraños, mágicos, creativos, desconfiados y enemigos de nosotros mismos. Pero hasta aquí la parte sociopolítica, sociológica y racial. Lo importante de este mestizaje que manejamos de forma “discreta”, así de ladito, como que para que nadie lo note, es que en temas de salud, ese mestizaje ha producido individuos que por razones genéticas aun no determinadas con toda claridad, somos estadísticamente más propensos que otros grupos raciales a padecer la diabetes mellitus. Aparte de que ello en sí es una pésima noticia, más que hacer un espacio para lamentaciones o reclamos, cabe aquí un espacio de reflexión sobre las estadísticas alrededor de la “raza de bronce”.Ya desde hace un par de años, la diabetes en México ha alcanzado el nada honroso título de la principal causa de muerte en México. Igualmente, el quince por ciento de la población tenemos diabetes y cerca de la mitad de los casos no saben que la tienen pues no han sido debidamente diagnosticados y, sacando cuentas, no importa para que lado nos dejemos caer, los diabéticos mexicanos somos mestizos en mayoría y rebasamos, de forma individual, a los grupos étnicos en pugna ancestral.


Un consejo a mis compatriotas: Dejémonos de lamer la herida cinco veces centenaria y enfoquémonos a reconocer que nuestras características genéticas nos obligan a desarrollar una estrategia de modos de vida que nos permitan disminuir o incluso prevenir la posibilidad de desarrollar diabetes.


Mala combinación son la sobrealimentación, la vida sedentaria y nuestro grupo racial. Ello debería ser la base de la discusión.

1 comentario:

  1. Pero si no todo es tan malo nuestros antepasados nativos originales eran muy sabios y su alimentaciòn no era tan perjudicial como la del famoso hombre blanco, que me dices de los romeritos huazontles escamoles nopalitos (que ya se los llevan y no los regresan con el tradicional made in China) y todo lo demas una salsita picosita con tortillitas recien hechas hay ya me dio hambreque me dices Zoo? verdad que se antoja? Ademas el 12 de Octubre no solo es el dia de la raza en GDL es la llevada de la Virgen de Zapopan, y a esto sumale que es mi cumple yo si estoy de fiesta. Cuidate mucho y que estes bien.

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