jueves, 4 de octubre de 2007

A mi muy querido amigo Arturo.


Aun sin así proponérmelo, estoy en una racha de acontecimientos anecdóticos que me están llevando a dedicar las entradas de este espacio a diferentes personas, cada una por razones muy particulares. Extraña coincidencia, ya que la intención de este espacio siempre había sido la de tratar temas genéricos sobre la diabetes, tratamientos, novedades, experiencias personales y otros temas relacionados, ahora me encuentro con la novedosa y muy estimulante oportunidad de dedicar algunos de estos espacios a ciertas personas, en particular a quienes este espacio me permite enviarles un muy personal mensaje. Por ello, el de hoy pertenece a la misma categoría.

Hoy me reuní a comer con un entrañable amigo de hace muchos años, compañero de escuela en los años de la maestría, socio en mis primeros y no muy exitosos ensayos como empresario y miembro de una maravillosa familia que me adoptó como uno más de los suyos. El tema de la plática de hoy, aparte del obligado intercambio de mutuos saludos para las respectivas familias y el ponernos al corriente con el diario acontecer de nuestros asuntos, versó alrededor de su reciente –apenas hace dos días-, diagnóstico de diabetes tipo 2 (DM2).

Malas noticias, muy malas realmente, ya que se trata de una de las condiciones menos deseadas en el horizonte de vida de cualquier persona. Obviamente, con un diagnóstico tan reciente, mi querido Arturo está con un muy entendible cúmulo de emociones que se agolpan y aparte de percibirlo asustado con su nueva condición, se que se encuentra desorientado y confundido, sin saber con certeza a quién recurrir ni a qué tipo de tratamiento ajustarse.

Por ello, esta ocasión quiero dedicarle esa entrada, aprovechando la ventaja de ser el escritor y editor responsable de este espacio y, que con ya casi ocho años de vivir con DM2, creo que algo puedo decirle que le ayude a transitar esta difícil etapa de duelo por el diagnóstico recibido.

Muchas y muy variadas ideas me vienen a la mente sobre lo “más adecuado” para aconsejar en estos casos, desde el típico, cuídate pues esta enfermedad es la principal causa de muerte en el país o, el clásico, despídete de las cosas buenas y sabrosas de la vida, pasando desde las actitudes condescendientes de pobrecito de ti hasta el muy trillado e igualmente odiado “échale ganas”. Sin embargo, en esta ocasión no diré ninguna de ellas, pues aparte de quedar totalmente fuera de lugar, no tienen sentido dichas de esa forma.

Más bien, en este momento, lo que en honestidad siento que procede, es hacer un análisis serio de lo que implica para cualquiera de nosotros vivir con diabetes y explicar que, si bien hay consecuencias indeseadas derivadas de la evolución de esta condición, también hay la forma de vivir una vida “casi normal”, con pocas restricciones y con la posibilidad de recuperar un estado saludable de control con un horizonte de vida en mucho mejores condiciones que las de pronóstico normal, pagando un razonable precio diario de disciplina


El mensaje que quiero mandarle a Arturo, al igual que a todos los que vivimos con diabetes, es que actualmente los avances en la investigación médica abren muchas alternativas de tratamiento y son cada vez más los medicamentos y procesos disponibles para poder llevar de una manera más fácil y segura el control de la enfermedad. Es posible que en un futuro no tan lejano, podamos hablar no solo de opciones de control sino que incluso se pueda hablar de una cura para la enfermedad. Por lo pronto, lo que tenemos como opciones de tratamiento, son ejercicio, un plan de alimentación (adecuado a los requerimientos calóricos diarios considerando edad, estatura, peso y, lo mas importante, que se tiene diabetes), medicamentos para controlar la cantidad de glucosa en sangre (insulina e hipoglucemiantes) y en lo emocional, el apoyo de la familia.

Lo anterior me lleva un poco sobre el tema de la familia. La familia es probablemente el elemento más importante de apoyo para quienes padecemos diabetes, ya que la solidaridad diaria al considerarse como parte del clan diabético, ayuda a mantener para todos una sana alimentación en casa, a realizar rutinas de ejercicio cotidiano y a eliminar las tentaciones sobre el tema de la comida en el ambiente compartido. Por ello lanzo el reto al compromiso –Hey, lo reconozco soy un malvado ventajoso-, a la familia de Arturo para que acepten el compromiso de solidaridad, pues estoy seguro que tanto Rosalía como sus dos bellas hijas lo apoyaran sólidamente en esta situación.

Ánimo Arturo, tus amigos quienes te queremos estaremos siempre para ti apoyándote para que puedas transitar por la diabetes de una manera sana y bien controlada.

4 comentarios:

  1. Hola!!!! Me da gusto ver q estás de nuevo escribiendo en tu espacio dulce!
    Oye, que mala mala notica la de Arturo!!!! No es sorprendente, pero si triste... dile que le mando muchos saludos y mucho apoyo en este momento tan dificil, se que el siempre fue un excelente amigo para ti y es un hombre valiente y lleno de recursos, así que esperemos que salga adelante de este duro momento. También muchos besos para tí, he visto los mensajes que me mandas pero mi cel se quedó sin crédito :P en cuanto vuelva a comprar más tiempo aire, te contesto. Besos!

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  2. Lilith:

    Ya le mandé tus saludos a Arturo y en efecto está asustado y desorientado. Sin embargo, estoy muy animado por él, pues está con la mejor disposición de cuidarse y está súmamente perceptivo en cuanto a lo qué sí y qué no para cuidarse de la mejor forma. Solo espero que su familia también se solidarice con él y entre todos se apoyen para salir adelante. Besos.

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  3. que barbaro Zoo, ya estaba preocupada de verdad, pero que bueno que te pusiste a escribir otra vez. Lo importante es que ya estas aqui otra vez, que bueno que tu amigo Arturo tiene a personas responsables que lo quieren cerca es muy importante sentirse orienta do acompañado querido y sobre todo que le aconsejen y animen no es facil escuchar ese diagnostico pero se esta volviendo cada vez mas comun. Pronto se cumplira un año del fallecimiento de mi papà y parece mentira que me console escribiendo en tu blog otra vez muchas gracias sacando toda la experiencia como familiar vivida en ese proceso de ayudar, animar de cuidar etc... y de aprender al mismo tiempo a convivir con un enfermito de diabetes y ver su partida que es dificil pero te queda la satisfaccion de haber realizado el mejor esfuerzo para tu ser querido. Se que eres muy querido y eso es muy bueno cuidate mucho y sigue ayudando. Hasta pronto.

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