jueves, 7 de junio de 2007

¿Dónde está la panacea?


En la antigua mitología griega donde los más imaginativos personajes realizaban proezas extraordinarias y eran dioses o estaban íntimamente ligados a los dioses, existieron muchísimas prendas o sustancias con propiedades mágicas que eran capaces de proporcionar invulnerabilidad a quien fuese bañado en ella durante su tierna infancia, cajas repletas de males confinados esperando a curiosa e imprudente heroína a que las abriera, somníferos eficacísimos para atarantar faunos, espadas o lanzas maravillosas y hasta alas de cera que permitían volar por las regiones celestes, eso sí, con la condición de no acercarse mucho al sol.

De las mágicas pociones de aquella época que fueron sueño, ilusión, deseo ferviente entre los mortales, destaca La Panacea, una planta imaginaria que cura todos los males o sirve para preparar remedios con eficacia contra cualquier enfermedad o mal, tanto físico como moral. En la literatura universal múltiples son las menciones que se hacen a dicha cura milagrosa y su concepto ha sobrevivido a los tiempos pues desde los herbolarios y boticarios hasta las más poderosas transnacionales de la farmacéutica moderna, emplean millones de horas-hombre y millones de dólares, para de una u otra forma buscar remedios para los males que nos aquejan a los homo sapiens de este siglo XXI. La búsqueda no ceja ni la esperanza de millones de padecientes flaquea, aunque la llegada de la panacea sea –lo sabemos a nivel conciente-, más una quimera (otro ser de la mitología griega), que una realidad posible.

Sin embargo y a pesar de los pesares, siempre hay avances en el sentido de buscar una mejor calidad de vida para quienes padecemos alguna enfermedad, especialmente de las llamadas crónicas o “de por vida”; la diabetes es una de ellas y, para justificar el numerito, la que mayor cantidad de muertes aporta a las estadísticas del sistema de salud y que se ha convertido por méritos propios en el principal foco de atención cuestión de salud en nuestro país por sus características de proliferación de tipo epidémico.

Todo lo anterior viene a colación pues esta mañana muy temprano estuve presente en el evento de presentación que la empresa Pfizer organizó para los medios como inicio del lanzamiento a nivel nacional de la tan esperada insulina inhalada cuyo nombre comercial es Exubera (pronúnciese con acento en la u) y constituye una liberación para quienes controlan su diabetes con insulina y sufren con las jeringas y el asociado piquete.

La parte médica sobre la importancia de la insulina como terapia de control para la diabetes, estuvo magistralmente presentada por el Dr. Enrique Caballero, quién es Director de la Iniciativa en Diabetes para la Comunidad Latina, del Centro Joslin de Diabetes, en la Universidad de Boston. El Dr. Caballero además de presentar cómo funciona la insulina cuando es aportada a un organismo con diabetes de cualquier tipo, presentó su recomendación de que las personas con DM2 consideren controlarse con insulina como monoterapia o asociada a un hipoglucemiante oral, con las evidentes ventajas de disminución de los valores de glucemia, especialmente la postpandreal, mejoramiento de los parámetros de la hemoglobina glucosilada y los excelentes números de control de los lípidos (los triglicéridos y las lipoproteínas del colesterol, HDL y LDL), con la consecuente reducción del riesgo de padecer las complicaciones resultantes de un control deficiente o inexistente. Precisamente el énfasis expresado por el Dr. Caballero sobre la importancia de la insulina en el control de la DM2 fue lo que más llamó mi atención, adicional al reconocimiento de que tanto pacientes como médicos, llevados por informaciones equivocadas o temores infundados o bien rechazan esta terapia o la evitan el mayor tiempo posible, perdiendo así una valiosa oportunidad de mejorar la calidad de vida del paciente.

Mucho de esta negativa en pacientes con DM2, se debe, precisamente, a la aversión que se tiene a las jeringas y al dolor inducido por el consecutivo piquete, al grado que algunos casos –también sucede con pacientes que padecen DM1-, prefieren saltarse la aplicación de dosis con tal de no pasar por la inyección. En cuanto a los médicos, al parecer el problema se debe a falta de actualización.

Sin embargo, no todo es coser y cantar. La insulina inhalada no es la panacea, lamentablemente y no resuelve todos los casos de terapia ni se puede indicar a todos aquellos que la quieran usar. Para poderla inhalar, la principal condición y requisito es tener pulmones sanos. El tabaquismo, la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y el asma, son condiciones que impiden su indicación terapéutica. Es mas, se recomienda hacer un estudio de capacidad pulmonar (espirometría), al iniciar el tratamiento y repetirlo periódicamente para evaluar el avance de la pérdida de capacidad pulmonar, la cual se estima en un 1% en términos generales.

Tampoco sustituye la insulina basal o de largo plazo que todo diabético con tratamiento de insulina –especialmente los diabéticos tipo uno (DM1) que no tienen opción a la aplicación constante de insulina-, debe mantener y que no tiene sustituto inhalado. De todos modos los piquetes quedan y son prácticamente inevitables, pero el uso de insulina inhalada combinada con el tratamiento convencional si disminuye hasta en cuatro al día las dosis inyectadas.

Aun falta mucho por avanzar y habrá que ver los nuevos avances y los efectos de largo plazo del uso de esta técnica de aplicación de insulina. Me es muy interesante y es probable que en breve retome este tema y anote nueva información y otros hallazgos.En fin, aquí tampoco está la panacea, pero pareciera que cada vez falta menos y eso, en todo caso, es sumamente alentador.

Finalmente, quiero agregar que dado que la técnica de inhalación no es del todo simple, Pfizer ha implementado un programa de apoyo a usuarios de Exubera y pone a la disposición un número gratuito 800 y una página web donde se amplía la información de los apoyos que, en principio incluyen refacciones para el equipo inhalador (que parece ser no será una ganga), además de asesorías a domicilio proporcionada por educadoras capacitadas por el Centro Joslin de Diabetes. El teléfono es el 01-800-398-2372 y la página es www.diabetesenmexico.com , la cual la incluiré a partir de hoy en las ligas de recomendables y recomendados.

6 comentarios:

  1. roberto:

    Gracias por la invitación. Estuvo realmente interesante y se que será un éxito el producto. Por mi parte seguiré con mi campaña a favor de una diabetes vivida con salud máxima, aprovechando las mejores opciones que hay para ello. Seguimos en contacto.

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  2. Zoo, pero con esa pesima calidad de aire que tenemos, ya ni el no fumar te salva. Estaba mirando las noticias en la television y dijeron que el aire de GDL esta ms contaminado que en el DF a diferencia que no tenemos un programa de contingencia (cosa que lo hace peor tantito) son varios factores finalmente para mejorar pero aun asi siempre hay esperanza. Cudate. Hasta pronto.

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  3. ceci:

    Del aire y la contaminación, mejor ni hablar, pues hay un incremento enorme de problemas respiratorios derivados de la mala calidad del aire. Lo realmente importante, es que hay alternativas nuevas para suministrarle al organismo de los diabéticos la tan necesaria insulina, sin tanto "arponazo". Un saludo

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  4. Si, porque debe ser muy dificil inyectarte todos los dias. Y todavia muchso lo hacen por si solos.

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  5. ceci:

    Precisamente, de lo que comentas sobre los diabéticos inyectándose a si mismos, es preciso que aún niños pequeños aprendan a inyectarse solos y ser autónomos. La única responsable de los cuidados de una persona con diabetes es ella misma, nadie más puede asumir tal responsabilidad. El apoyo es escencial, pero la rsponsabilidad es personal.

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