domingo, 5 de junio de 2011

¿Solamente diabetes? No Milord, hay otros fantasmas en la alcoba. (III y final)


Queda por contestar la última de las preguntas planteadas al inicio de esta serie, pero primero quisiera compartir lo que en esta investigación pude hallar al respecto del inicial culpable de la aparición de la infame Triada de Samter y que no solamente es la aspirina, sino una condición que va más allá del fármaco indiciado y que se denomina Sensibilidad a los Salicilatos, la gran familia de sustancias químicas a la que pertenece, entre muchísimas otras, el ácido acetil salicílico, comercialmente famoso bajo el nombre de Aspirina.

Los salicilatos se encuentran de forma natural en muchas plantas, tales como hierbas, frutas y verduras (vegetales en general) y tienen una función importantísima en la vida de los vegetales ya que son la base de una familia de hormonas vegetales que, entre otras, tienen la función de proveer inmunización y preservarlas en contra de enfermedades, hongos, insectos y bacterias nocivas. Toda una joya del reino vegetal.

Así pues, lo más natural es que cuando nos alimentamos sanamente como recomiendan los más sensatos cánones de la buena mesa, consumamos una buena cantidad de frutas y verduras y quienes cocinan esperando que los alimentos preparados tengan un magnífico sabor, digno del más exigente de los paladares, recurran a hierbas de olor, condimentos y otros productos de delicado aroma para concurrir en la delicia resultante.

Sin embargo, hay un pequeño “pero” en este panorama idílico y es que junto con la sensibilidad a los salicilatos –madre de la Triada de Samter-, está implícita otra condición de origen bioquímico orgánico del sistema inmunológico, conocido como Sensibilidad a las Aminas o también Intolerancia a la Histamina. Que aparte del nombre que no dice nada a los que somos “infantería”, no médicos o especialistas del área, implica otra serie de potenciales complicaciones alrededor de los ya satanizados Salicilatos

Pues resulta que la histamina, protagonista de TODAS las manifestaciones de tipo alérgico, junto con otras sustancias químicas de la misma familia, denominadas Aminas, se dan de forma natural en una gran variedad de alimentos. Especialmente en procesos de fermentación y durante la elaboración industrial de alimentos. Por lo tanto productos fermentados como el caso del alcohol y algunos quesos maduros, tienen cantidades elevadas de Aminas. Otra fuente de esta sustancia son las carnes cocinadas por mucho tiempo o que no están frescas. Así pues, alrededor del setenta por ciento de los alimentos ricos en Salicilatos, son también ricos en Aminas. Hace apenas unos meses comencé a notar la aparición de reacciones alérgicas similares a la de la aspirina al tomar vino tinto, caso que se repitió con otros tipos de bebidas alcohólicas y no imaginaba por qué. Ahora me queda claro y es otro moño de luto a mis posibles “travesuras controladas”, aquellas que me doy el lujo de disfrutar de a poquitos cuando mi control de glucemia está excelente por períodos de dos o más semanas.

Ahora sí, va la respuesta a la pregunta final que da pretexto a esta serie sobre la Triada de Samter:

¿Qué relación tiene con la diabetes como factor de impacto en el manejo de ésta?

Como dije en el planteamiento de esta serie, no se trata de una enfermedad ligada con la diabetes ni consecuencia de ella. Simplemente es una coincidencia -de que incide en conjunto o al mismo tiempo- pero que de alguna manera, ambas tienen impacto la una sobre la otra en su tratamiento. Veamos, tanto el asma como los pólipos nasales requirieren la administración regular de corticosteroides para controlar los espasmos bronquiales (en forma de nebulizaciones que se aspiran con ayuda de un atomizador) y los pólipos mediante la aplicación local de spray. Todo muy bien, hasta que nos enteramos –nuestros médicos ya lo saben-, que los corticosteroides incrementan los niveles de glucosa en sangre, por lo que el control debe ser más riguroso para evitar hiperglucemias crónicas derivadas de la cortisona, al mismo tiempo que mantener los medicamentos que requerimos para el control de glucosa, en el nivel requerido para la nueva condición (ya sea insulina, hipoglucemiante o una combinación específica prescrita por el médico tratante).

Por el otro lado, resulta que los diabéticos debemos tomar de forma regular un vasodilatador para prevenir la fatídica cardiopatía diabética o los accidentes vasculares cerebrales, ambas condiciones en rango de sumamente peligrosas que ponen en grave riesgo la vida de un diabético. Y, sí, adivinaron, el fármaco ideal para este tratamiento preventivo es ni más ni menos, que la aspirina. Poético ¿no es así? La Triada de Samter nos impide esta vía de prevención. Pero no nos desanimemos, hay alternativas, no tan buenas, pero las hay.

Finalmente, el impacto está también en la dieta, pues siendo que debemos privilegiar la ingesta de vegetales fibrosos, cuyo contenido de fibra coadyuva a controlar la absorción de glucosa en la pared intestinal, además del necesario aporte de vitaminas y minerales, puede ser que muchos de los alimentos considerados “ideales” para alimentar a un diabético, estén dentro de los que mayor cantidad de Salicilatos contienen y que provoquen episodios de espasmo bronquial agudo. Todo un laberinto con pocas posibilidades de una salida airosa.

Lidiar con la sola diabetes y sus consecuencias asociadas ya es demasiado como para imaginar el agregarle otras condiciones crónicas y, hasta la fecha, tratables pero incurables. Diría que no es justo, pero igual que con la diabetes, asumir la realidad y aprender a vivir con ella es el único camino sensato. Más esfuerzo, más cuidados, más artículos y actividades en la lista de los NO’s y menos grados de libertad para alcanzar una vida normal, pero aún así, voy pudiendo.

2 comentarios:

  1. Tan irónico que es poético... Zoo, hay que revisar la garantía de manufactura... qué será de estas nuevas generaciones que venimos un poco más frágiles y con más pronta caducidad... Un abrazo y te acompaño en tu anosmia... digo, dolor!! TQM

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  2. Jajaja, no puedo evitar cierta ironía, la alternativa sería el psiquiátrico. Como no comparto el fatalismo, creo que siempre hay un ángulo desde el cual podemos enfrentar nuestros espectros y manejarlos. No es sencillo, pero... Gracias por la anosmia solidaria, digo dolor ^~^

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