miércoles, 29 de junio de 2011

¿Una cura para la diabetes a solamente 600 Kcal?


Otra controversia entra en puerta y esta vez, por la noticia que hace unos días salió publicada en varias fuentes periodísticas y llamó poderosamente la atención entre la comunidad diabética mundial –bueno, al menos a mi- La noticia tenía el siguiente encabezado:
Logran eliminar la diabetes Tipo 2 con una dieta de 600 calorías
Sigue el encabezado: Científicos de la Universidad de Newcastle lograron revertir la enfermedad en 7 de 11 pacientes diagnosticados hacía menos de cuatro años tras dos meses de dieta hipocalórica.

Para no reproducir el artículo completo, les paso la liga de localización en http://estilos.prodigy.msn.com/salud/articulo-bbc.aspx?cp-documentid=29234877 referido a un artículo publicado originalmente por BBC Mundo, el 23 de junio de 2011. Sin embargo hay algunas aseveraciones que aparecen en la publicación y me gustaría resaltar:

“Esta dieta se realizó solo para comprobar la hipótesis de que si la gente pierde una cantidad de peso sustancial, dejará de tener diabetes”

“Aunque este estudio solo incluyó a personas diagnosticadas con diabetes en los últimos cuatro años, hay un potencial de que la gente que lleva padeciendo más tiempo pueda revertirlo también”

“Es fácil tomarse una pastilla, pero es más difícil cambiar el estilo de vida, Lograr que la gente reduzca su peso en realidad funciona”

“Sin embargo no todo el mundo en el estudio logró dejar de padecer diabetes”

“Todo depende de cuán susceptibles son a la diabetes. Tenemos que averiguar por qué algunas personas son más susceptibles que otras y poner el objetivo en esas personas obesas. No podemos saber las razones para eso a partir de este estudio.

“Ya sabíamos que el hambre es una buena cura para la diabetes. Si introdujéramos el racionamiento alimenticio ahora, podríamos hacer desaparecer la diabetes en el Reino Unido”

“Si puedes coger en las primeras etapas a los enfermos, mientras las células beta todavía siguen funcionando, entonces se puede retrasar su aparición durante años, pero aparecerá antes o después por que está en su sistema”

Leo el título del artículo y releo el último párrafo y encuentro la primera contradicción, ¿se trata de revertir, curar o retrasar la aparición de la diabetes? Creo que la culpa de la confusión radica en dos factores. El primero, la traducción que como suele ser con las traducciones en lo general, tergiversó algunos conceptos clave, trayendo así la duda sobre el contexto de la noticia originalmente liberada en inglés. El segundo y no menos importante, que de seguro el periodista original no tenía ni la más remota idea del tema que reportaba y el correspondiente traductor, tampoco; lo que suma a la generación de una noticia confusa y que probablemente trate de expresar algo diferente a lo que circuló en los medios. ¡Genios de Newcastle, sáquenme de mi confusión!.

Sin embargo, hay un dato que induce a la sospecha y la duda científica y es que a pesar de que declaran que se trata de comprobar una hipótesis, usan solamente una muestra de once casos, de los cuales tienen “éxito” en siete, lo que implica un porcentaje de casi un 64%, además que se trata de pacientes de reciente diagnóstico y, el artículo da a entender que se trataba de personas con problemas de obesidad, posiblemente obesidad mórbida. Lamentablemente, si se trata de información que pretende tener un valor científico, suponer no es válido. Solamente con datos duros es que se puede lanzar una noticia de este tamaño.

Quiero soñar y pensar que la noticia es verdadera, ¿quién no, con diabetes tipo 2 y en su sano juicio no quisiera ver convertida en realidad tal sueño? Al menos, yo sí. Pero, sí ya sé, a todo le pongo peros y este carácter mío que ama lo objetivo y peca de escéptico, luego luego busca el pelo en la sopa. Pero el pelo en la sopa no será mío (ya no me queda mucho de donde tomar), sino de gente como el mismísimo René Descartes quien nos enseña el rigor científico y nos exige un método de prueba que incluye, por supuesto, una hipótesis a confrontar y dependiendo de la evidencia científica, ésta se pueda validar o rechazar.

Pero como de seguro habrá alguien que me diga que Monseur Descartes hace muchos años que se murió (1650) y que la ciencia ha avanzado mucho y que si la medicina es un arte y que … veinte mil argumentos, así que para evitar la controversia, recurro al documento en donde se presentan los lineamientos de la ADA (Asociación de diabetes Americana, por sus siglas en inglés), sobre un enfoque incrementado en lo que se denomina “medicina basada en evidencia”, intitulado “Standars of Medical Care in Diabetes - 2010” (Estándares de la Atención Medica en Diabetes-2010, sería una traducción aproximada), publicado en la revista de la ADA, Diabetes Care, 33, Supplement 1:S11-S61, 2010. (buscar en: www.care.diabetesjournals.org )

Ya bien entrado el Siglo XXI, es difícil hablar de ciencia dura (medicina incluida), donde el principio del rigor científico no tenga un papel preponderante y al realizar una investigación, esta debe de cumplir con un mínimo de estándares que le den precisamente, ese carácter de ciencia rigurosa. Hablar en términos de “un estudio arrojó…”, “se ha encontrado…”, “los médicos alemanes dicen que…”, “un prestigiado centro de investigación europeo (o de Estados Unidos, para el caso da lo mismo), avala …”, son expresiones vagas, que pretenden disfrazar con términos que parecen importantes una carencia de base científica o comprobación clínica. Esa, lamentablemente, es la típica retórica de los productos milagro.

Pero regresando al anuncio de la supuesta cura de la diabetes 2, al indagar el origen de la noticia divulgada, resulta que sale a la luz durante las 71vas sesiones científicas 2011 sobre diabetes que se han estado llevando a cabo por la ADA. De ello deduzco que el grupo de Newcastle que presenta el trabajo debe tener alguna base seria y aunque aún no he podido acceder al “abstract” del trabajo presentado, prometo publicar cualquier aclaración pertinente.

De acuerdo a lo que ya es conocimiento común en el tratamiento de la diabetes tipo 2, es que en una mayoría de casos se presenta en personas con sobrepeso, ya sea desde leve hasta obesidad mórbida, no es condición inamovible que la gente obesa sea necesariamente diabética, ni al revés. La base de la propuesta –no la llamaría estudio, cuando mucho una prueba aislada-, aparentemente consiste en demostrar que cuando desaparece la grasa ventral acumulada alrededor del páncreas, entre otros órganos, la hiperglucemia persistente se revierte, como es el caso de la cirugía bariátrica, donde como ya lo he reportado en este blog, la diabetes tipo 2 asociada con la obesidad remite prácticamente después de la cirugía. El principio de la propuesta, en todo caso es lograr una reducción tanto en peso, grasa corporal y niveles de glucemia comparable, con el uso de un método no quirúrgico. La novedad está en el método de privación calórica a lo largo de ocho semanas para lograr el objetivo.

La duda principal está en la permanencia del resultado una vez que el “tratamiento” se retira y el paciente regresa a su vida normal, pues lo que podríamos vaticinar –convertidos en oráculos del fracaso-, es que en un plazo no demasiado largo, la “cura” a la diabetes se pierda por el conocido efecto “rebote” pues nadie garantiza que efectivamente la gente “curada” adopte un estilo de vida alimentaria frugal y no recaiga en los viejos hábitos que en principio los pusieron en la triste realidad de la obesidad con diabetes tipo 2.

Finalmente lanzo un reto al grupo de Newcastle solicitando respetuosamente la respuesta a: si el diabético tipo dos es una persona con IMC normal, sin sobrepeso ¿se curará con una dieta de 600 calorías –si es que la sobrevive- por ocho semanas? Si es así, me apunto pues es mi caso, perdí el sobrepeso y sigo siendo diabético y sigo luchando con los niveles de glucosa, así que prefiero datos duros más que alegres suposiciones.  

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